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AUT VIAM INVENIAM AUT FACIAM (Encontraré un camino o lo haré yo mismo).

Frase que se atribuye a Aníbal Barca, el general cartaginés, quien la pronunció cuando sus generales le dijeron que era imposible cruzar los Alpes con elefantes para atacar Italia durante la Segunda Guerra Púnica. Comúnmente está frase se utiliza para expresar la determinación de superar obstáculos y lograr objetivos.


Creo que en mi estantería aún se puede encontrar alguno de esos libros de 101 juegos para aprender tal cosa... Que me recuerda a "Las mil y una noches", esa recopilación medieval de cuentos tradicionales de oriente que estaba destinada a entretener al personal.


Recuerdo también haber utilizado algunos de esos juegos en mis clases de niños. Son muy recurridos y divertidos y son una buena forma de compensar el trabajo y premiar el esfuerzo de los más pequeños, sin duda.


Pero no podemos confundir el ocio y entretenimiento con el aprendizaje y la formación. En los últimos tiempos, hay una tendencia creciente en el aprendizaje a través del juego y la motivación a través de la diversión. No digo que esto no sea viable, ni mucho menos, pero difiero en que sea necesario para comandar el aprendizaje de un deporte y mucho menos de un arte marcial. Y es que, dicha tendencia, está haciendo que en el mundo deportivo, los formadores, confundan sus funciones con las de monitores de ocio y tiempo libre. Con todos mis respetos hacia dicha profesión. No imagino a Toni Nadal diciéndole a su sobrino: - No te preocupes Rafa, tu formación tiene que ser divertida y motivadora siempre. O al viejo Cus diciéndole a Mike Tyson: - Mike, tómate el Campeonato del Mundo del peso pesado como un juego, ok? Suena un poco ridículo...


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Basar el aprendizaje en el juego y la diversión, genera una constante motivación extrínseca. Hay que jugar para que sea divertido. Cómo si el hecho de aprender en si fuese aburrido... Así pasa que, muchos jóvenes deportistas, sólo quieren participar si se divierten, cuando el deporte o la competición deja de ser divertido, cuando dejan de motivarse porque no ganan, abandonan el deporte en sí. No creen que este puede ser el problema de la falta de adultos en una disciplina??


Sí el aprendizaje debe ser un juego, la práctica debe ser divertida, el deporte debe ser motivador... Qué hay de aprender aprendiendo, de que la práctica sea sólo práctica, de que la motivación sea el hecho de poder practicar un deporte???


El juego no siempre está destinado a la diversión, el juego es una preparación para la madurez, porque la gente adulta, no juega en su aprendizaje. Observen cómo juegan los lobeznos para prepararse para la caza. Esperen si no a llegar en su madurez a un trabajo y decirle a su jefe: Por favor, enséñeme cómo funciona esta máquina, pero enséñeme de forma divertida porque si no, no creo que pueda aprenderlo...


Aprender no siempre es divertido, pero es necesario. Y esa es la base de la responsabilidad. Sí basamos el aprendizaje en el juego y en la diversión, dónde se cultiva la resiliencia, la perseverancia, el sacrificio o la constancia???


Aprender Karate, sea en el ámbito deportivo o tradicional, no se trata de hacer 1000 tsukis frente al espejo, se trata de hacerlos bien y diez bien hechos, serán mejor que 1000 mal construidos. Pero para enseñar a hacerlos bien, hay que tener conocimientos de cómo se construyen. Calidad sobre cantidad. La clave de aprender es cómo aprender, no cuánto, y en eso el juego, es un recurso más, correcto, pero no siempre es lo más apropiado para aprender dependiendo de qué cosas. Quizás el juego no es el mejor recurso para aprender resiliencia, disciplina, sacrificio, constancia... y aquí el juego, sin duda, pervierte el aprendizaje y lo transforma en ocio. He ahí la cuestión.


Mi querido amigo y alumno, el profesor Fernando Hoya, en una de estas enriquecedoras conversaciones que tenemos, me paso un extracto de una entrevista que le hicieron a Mariano Sigman, un neurocientífico argentino que estaba investigando sobre el aprendizaje humano. Quiero que reproducir aquí cada palabra porque es muy esclarecedor:


"La educación ha avanzado menos que otros ámbitos y hay una buena razón para que así sea: hay que experimentar con mucho cuidado"


El entrevistador pregunta: - La neurociencia aplicada a la educación ha sido uno de sus grandes temas de estudio. ¿En qué podría ayudar a mejorar nuestros sistemas educativos? Como dices en el libro, la escuela es quizás el experimento colectivo más vasto de la historia de la humanidad y llevamos mucho tiempo conociendo muchas cosas sobre el aprendizaje. Pese a esto, el método pedagógico sigue siendo prácticamente igual que hace dos siglos, y los pocos cambios que hay son casi siempre más ideológicos o políticos que científicos.


A lo que M. Sigman responde: - Eso último es lo más grave de todo. Yo me siento una persona en general progresista, innovadora, emprendedora, no soy alguien conservador en la vida, de ninguna manera, y sin embargo entiendo que distintos dominios deben tener distinto grado de innovación. Y la escuela para mí tiene que ser más conservadora que otros dominios. Si bien yo te dije que la escuela ha avanzado menos que otros dominios, hay una buena razón para que así sea, y es que es un ámbito en el que hay que experimentar con mucho cuidado, pues si alguien hace algo y lo hace mal…


Aquí hago un inciso para terminar yo la frase: la caga!!! Y yo no estoy enseñando algo para cagarla con los chavales...


Continúa Sigman: - Los cambios en la educación deberían ser menos ideológicos y menos “a mí me parece que”. Imagínate que tienes que construir un puente, no dices “a mí me parece que debía ser así”; tienes que hacer un cálculo y utilizar la historia de 500 personas que han construido puentes. La educación hay que cambiarla sin basarse en ideas de iluminados que creen que tienen una teoría mejor que las anteriores, sino utilizando el conocimiento acumulado, la observación de los datos, aprendiendo de los errores históricos que hemos cometido, introduciendo novedades y probándolas de forma dosificada… Ese es el camino de la ciencia, del conocimiento, que ha sido tan efectivo en muchos dominios, pero ha sido mucho más reticente de ser aplicado en la educación. Muchas veces hay ideas en el aprendizaje que son muy seductoras porque uno querría que fuesen así. Pero no funcionan. Y eso es algo interesante cuando uno estudia el pensamiento humano. Uno no tiene una idea de cómo quiere que sean las rocas, son como son, más o menos duras, pero con el ser humano, al estudiarlo, uno encuentra cosas que no son como querría que fuesen. A veces somos más egoístas de lo que queremos ser, a veces somos más racistas de lo que queremos ser, a veces somos menos flexibles de lo que queremos ser… En ocasiones, como científico, uno es portador de malas noticias y cuenta cosas sobre lo que somos que no siempre son lo que el receptor querría escuchar. Esto para mí es tremendamente importante en el ámbito educativo.


Te pongo un ejemplo sobre cómo aprender a leer. Podemos discutir sobre nuestras ideas o podemos observar la evidencia acumulada. Cuando observas esta, ves que, entre los dos métodos canónicos, aquel en el que se aprenden primero las letras y luego a componerlas es en general y por mayoría abrumadora mucho más efectivo que el método contrario, que es aprender las palabras enteras y asociarlas a imágenes y descifrarlas. Pero ese segundo método, que es mucho menos efectivo, se llama método holístico, y como la palabra holístico 'marketinea' muy bien, a la gente le gusta que su hijo aprenda con ese método. Tiene mucha prensa no porque sea bueno, sino porque resulta atractivo. Esto no es un chiste. Toda una generación de gente puso a sus niños a aprender con un método que funcionaba mucho peor. El costo de equivocarse en educación es muy alto.


BOOOOM!!! Como diría mi buen amigo Fernando Hoya: - Dato, mata a relato...


Dominar todas las complejidades del entrenamiento con diversión, motivación extrínseca y juego, pero fracasar estrepitosamente en el mundo real o en algún momento de tu carrera deportiva, de tu competición y no estar preparado para superar la desmotivación, la ardua práctica aburrida y constante, o el esfuerzo y el aprendizaje sin juegos, es un problema en la educación.


No dejes en manos del juego el aprendizaje, no siempre es el mejor camino y tendrás que hacerlo tú mismo.


AUT VIAM INVENIAM AUT FACIAM


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