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UN TONTO NO PUEDE APRENDER KARATE

Foto del escritor: Víctor López MegíaVíctor López Megía

Soy consciente de que este post puede levantar muchas asperezas, pero, aunque suene rudo, soy claro y honesto al decirlo. Un tonto no puede aprender Karate, igual que un burro no puede aprender matemáticas. El burro es ideal para desempeñar labores como la carga y el transporte, pero no puede aprender matemáticas por más que te empeñes.

Foto del autor
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La cultura, la sociedad y la historia japonesa y las artes que allí se desarrollaron, están llenas de matices, de incongruencias y de doble sentido de las cosas. Entender y saber sobre la cultura y la historia japonesa no es fácil, eso implica tiempo y dedicación. Si no eres capaz de entender ese "segundo significado" de la cultura nipona, es igual que si tuvieras una falta de comprensión lectora. Puedes saber leer y tener todos los medios a tu alcance y, sin embargo, decides no leer y por ello tienes una falta de comprensión lectora. Entonces eres tonto y perezoso, porque pudiendo mejorarte y teniendo medios a tu alcance, no lo haces. Esto no tiene que ver con tu coeficiente intelectual, o con tu capacidad para desempeñar algo, tanto como con tu voluntad de aprender. Las personas a las que se les presenta una mejor opción, una mejor manera de hacer algo, pero siguen prefiriendo su vieja forma, aun sabiendo que no es la mejor, son también tontos y torpes. Los que no saben distinguir la mejor forma, de la que no es mejor, son tontos y dificultan el progreso. Los que tienen a su alcance el conocimiento y no lo aprovechan, son igualmente tontos y ciegos. Los que se conforman con la mediocridad, pudiendo ser mejores, son tontos porque no favorecen la excelencia del hombre. Los que son faltos de principios o tienen unos, pero si no te gustan, pues tienen otros, son tontos y pobres como personas. Los que lamen las botas de quienes los azotan, son tontos y sumisos.

 

Tonto es aquel que se piensa que karate puede ser muchas cosas, como si una paella fuese cualquier arroz. Pregunten a un cocinero profesional si cualquier arroz es una paella y ellos lo tacharan de tontos por no saber y opinar de lo que no saben. Por supuesto, aquel que piensa que la versión deportiva es el verdadero karate, ese ya no sólo es tonto, sino que, además, es un inculto.

 

Los tontos pueden hacer algo a lo que llamen karate, pero no es karate. Porque, para que pueda ser karate, no basta sólo con llamarlo así. Uno debe conocer la cultura, la historia, el idioma e investigar sobre ello con todo el escepticismo y la imparcialidad posible, rompiendo incluso tradiciones y mitos si son infundados y carecen de sentido. Igual que jamás podrías comprender de una pieza de arte sin conocer sobre la historia y la cultura en la que está creada y en base a qué principios y medios ha sido creada. Uno jamás podrá saber de karate, si no conoce sobre la cultura, la historia, la sociedad, la técnica, los fundamentos y su evolución, la lengua e incluso otras artes que lo influyeron. Puedes llamarlo igual, pero si te falta eso, sólo tienes el nombre.

 

Y no pasa nada por ser un tonto, por ser un borrego. Los borregos tienen su función en el rebaño. Dan buena lana, leche y carne. Pero jamás podrían desempeñar la función de un lobo, aunque se criara entre ellos.

 

Karate es una cuestión de lobos. E incluso dentro de los lobos, los habrá que serán lobos alfa y lobos de manada. Pero un borrego, jamás podría ser un lobo, aunque se disfrace de lobo. Un lobo, puede ser aceptado en una manada de lobos, pero jamás un borrego encontraría su sitio entre lobos. Un borrego, tan sólo consigue sobrevivir en el rebaño de borregos, siempre y cuando el lobo quiera. El borrego es tonto y no es menos importante en la vida que el lobo, sólo cumple su función en el rebaño.

 

Si de todo lo que aquí leas, sólo te quedas con la palabra "tonto", eres tonto.

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